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«French touch»...rejuvenecer naturalmente es posible
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Con el paso del tiempo las huellas que van dejando los años en el rostro se van notando cada vez más: arrugas, líneas de expresión, piel flácida, seca y apagada, manchas… Estas marcas asociadas con el envejecimiento pueden ser retrasadas sin que el tratamiento estético sea evidente.
La medicina estética ofrece una gran variedad de tratamientos para contrarrestar el envejecimiento cutáneo, detener la formación de arrugas y retrasar todas esas marcas en la piel. El objetivo del rejuvenecimiento facial es lograr que las personas tengan apariencia más joven y natural, así como también una piel tersa, hidratada, luminosa y sin arrugas, sin que por estoo los resultados evidencien que se fue sometido a una cirugía. La naturalidad es, en el seno del rejuvenecimiento facial, la máxima premisa.
Para alcanzar ese tipo de resultados, desde hace unos años se han creado conceptos como el «french touch» para hacer referencia a un procedimiento que huye de expresiones frías, congeladas y antinaturales, de facciones hinchadas o artificiales, y que aspira a buscar la armonía de las facciones sin que estas se transformen, es decir, a buscar la naturalidad de los resultados.
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¿Qué es el «french touch» o toque francés?
El «french touch», o toque francés es una intervención quirúrgica personalizada, hecha a medida, en la que el cirujano toma en consideración no solo la estética del paciente, sino también su personalidad, su ritmo y estilo de vida. De esta manera, el médico podrá mantener algunas líneas de expresión que remarquen la escencia. Así se evita que la persona que sea sometida a este procedimiento adquiera una expresión que no denote sus características o cualidades personales, también su carisma. Es decir, que «french touch» busca que la persona luzca más joven y rejuvenecida pero no distinta.
Debido a que con esta intervención los especialistas no buscan transformar las expresiones o el rostro de un paciente, sino rejuvenecer la cara del mismo, el «french touch» contempla diferentes actuaciones:
- Botox. El empleo de la toxina botulínica se realiza de manera gradual a fin de evitar que afecte a la gesticulación natural del paciente o pueda alterar su armonía a la hora de sonreír o fruncir el ceño. Lo que se pretende con el botox es darle un ligero toque juvenil a la persona sin que el uso de la toxina altere sus rasgos. Por ello, se emplea de manera sutil en zonas como el área peribucal. También para elevar discretamente las cejas, por ejemplo.
- Lifting. Como no podía ser de otra manera, para reducir las arrugas, las líneas de expresión y estirar la piel se puede llevar a cabo un lifting facial y de cuello. A esta intervención se la ha llamado Novi Lift (No Visible Incision Lift), ya que las incisiones para realizar el estiramiento facial no son visibles, puesto que las cicatrices quedan ocultas debajo de la zona capilar. Como en el caso del botox, la incidencia del lifting es sumamente discreta; el especialista busca en todo momento que la persona rejuvenezca su mirada y reduzca las líneas de expresión sin que se note. De esta forma, se permite que queden algunas ligeras arrugas en áreas que conjugan con la belleza del paciente, que la realzan y que le dan ese toque atractivo y natural que se busca.
- Ácido hialurónico. En el toque francés también se recurre a otros productos estéticos asociados al rejuvenecimiento, como el ácido hialurónico, el cual se emplea de la misma manera que el botox y el lifting, es decir, de manera dosificada a fin de no alterar en exceso la estética del paciente.
¿Qué objetivos busca el «french touch»?
El toque francés no es más que un rejuvenecimiento facial, este procedimiento persigue que las huellas que el paso del tiempo deja en el rostro se reduzcan, además busca que se luzca una apariencia juvenil a la par de una armonía con la personalidad de cada uno, pero también con la edad. Con el «french touch» se busca evitar que la intervención parezca artificial, nada natural como determinados tratamientos estéticos, así como también se persigue eludir la estandarización de la medicina y cirugía estética.
Asimismo, con el toque francés los especialistas pretenden escapar de esas intervenciones o actuaciones cuyos resultados no son armónicos con el físico de las personas, con sus emociones o personalidad, con sus rasgos específicos o con su edad.
Con este procedimiento no se busca que una persona operada haya rejuvenecido tanto que se note la cirugía estética o que se evidencie al momento de sonreír o gesticular. Tampoco se busca modificar aquellos rasgos especiales que pueden haber sido fruto de mezcla de culturas o del mestizaje, sino todo lo contrario. Las actuaciones realizadas buscarán destacarlos como partes del atractivo personal de ese individuo.
El «french touch» en sí busca que los procedimientos encaminados a retrasar el envejecimiento y a conseguir una apariencia más joven y luminosa en las personas no sean evidentes. De ahí a que las actuaciones son siempre graduales, sutiles, suaves… Por todo ello, es que en muchas ocasiones esas intervenciones permitan que se mantengan marcas de expresión como parte del deseo de personalizar el tratamiento y hacer invisible las actuaciones del especialista.
Ya conoces todo lo que debías saber sobre el «french touch», así que si estás pensando en rejuvenecer tu rostro; si deseas quitarte unos años de encima, sin que se note te has practicado una intervención quirúrgica o que te has puesto botox y sin que la cirugía te deje secuelas; si buscas seguir manteniendo tu esencia, tus rasgos faciales, tus características especiales con unos resultados naturales, que conjuguen con tu personalidad y con tu edad pero que realcen tu atractivo, el toque francés es lo ideal para ti.
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